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Simpatizantes impidieron detención del presidente de Corea del Sur

Corea del Sur enfrenta una crisis política tras el intento de arresto del presidente destituido Yoon Suk Yeol. Las autoridades cancelaron la operación para detenerlo, que se llevó a cabo después de que Yoon decretara la ley marcial el 3 de diciembre. La Justicia había ordenado su detención mientras se investiga si dicho decreto constituyó una rebelión.

Durante casi seis horas, 30 agentes de la Oficina para las Investigaciones de Corrupción de Funcionarios de Alto Rango (CIO) y 50 policías intentaron acceder a su residencia en Seúl, pero se encontraron con la resistencia del servicio de seguridad presidencial.

Un portavoz de la CIO explicó que, debido al «punto muerto persistente», era «virtualmente imposible ejecutar la orden» y que estaban preocupados por la seguridad en el lugar.

La situación se tornó tensa cuando los seguidores de Yoon, alrededor de 1.200 personas, se congregaron cerca de su residencia, celebrando la noticia de que no sería arrestado. La Policía había desplegado un contingente de 2.700 agentes para evitar disturbios.

Yoon fue destituido por el Parlamento el 14 de diciembre y enfrenta acusaciones de insurrección y abuso de poder. Sus abogados solicitaron anular la orden de detención, argumentando que solo la Fiscalía puede solicitarla. Si se logra arrestarlo, el equipo conjunto tiene 48 horas para interrogarlo y podría solicitar una extensión de su detención.

Mientras tanto, Yoon permanece bajo prohibición de salir del país y espera que el Tribunal Constitucional decida sobre su posible restitución o cese definitivo en junio.

La última vez que se le vio fuera de su residencia fue el 12 de diciembre, cuando hizo una declaración televisada en la que prometió luchar contra los esfuerzos para destituirlo.

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